Esta aguja nos duele y la vemos todos los días de la vida.
Probablemente esta aguja haga que se infecte el dedo, de allí a toda la mano y el brazo. Una simple aguja que cuando alguien la puso hizo daño una sola vez, pero, nosotros por no sacarla, nos hicimos mucho más daño.
El problema es mucho mayor si tenemos muchas agujas en el cuerpo, en el corazón, en la mente. Y el problema es nuestro por no habernos sacado las agujas.
El Abrazo es la primera forma de medicina y protección que se inventó en el mundo. Un bebé de cualquier especie se aliviará de todos sus miedos, dudas, frío, nerviosismo. Igualmente, todo adulto se sentirá reconfortado, acompañado, unido, aliviado, con un abrazo sincero.
El abrazo lleva consuelo, combate la depresión, levanta el ánimo, mejora el sistema inmunológico, aumenta la autoestima.
Pero, a su vez, puede tener efectos contrarios si se consiente demasiado, si se da demasiado a alguien, los abrazos, son de compartir y no sólo de dar. Son de ayudar, no de llevar la carga del otro.
Entonces, debe lograrse en el otro lado que se levante, que ponga de su parte, mas no que desee que permanente se le lleve a cuestas. Si se consigue este efecto, la abrazoterapia dará mejores resultados.
Los abrazos pueden ser inmensos como los del oso, con todo el cuerpo como entrelazándose, con contacto de mejillas y besos en mejillas, frente, cráneo o boca, no simplemente un beso, sino con abrazo.
Podrá sentirse inclusive los latidos del corazón de la otra persona y unirlos al nuestro.Igualmente, pueden ser abrazos de costado al caminar, al ver televisión, al mirar una puesta del sol
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